Se anuncia un duro invierno. Algunos de nuestros vecinos van a necesítanos. Es hora de solidaridad
Fíjense ustedes: La mayor parte del voluntariado de la asamblea canguesa de Cruz Roja superaba los 65 años.
Ya en la pandemia, catalogados precisamente por su edad como población de riesgo, no se les permitió participar en el dispositivo de emergencia lo que llevó a la asamblea a actuar inicialmente en precario, aunque eficientemente. La incorporación de una treintena de voluntarios jóvenes salvó la situación
Fueron días duros, de acercarse directamente a situaciones dramáticas, de llegar cada anochecer a casa acongojado e incluso llorando, recuerdan
“No cesaban de entrar las llamadas, unos necesitaba hablar para calmarse o porque se sentían solos; otras personas necesitaban alimentos y medicamentos, los problemas se multiplicaban recuerda Puri Naveiras, una de las voluntarias que se incorporó al equipo entonces.
Sucedieron cosas difíciles de imaginar para la gran mayoría de nosotros. “Una madre me contaba que solo podía dar de comer a su bebé una galleta y un vaso de agua al día”, recuerda Puri que aún se emociona.
Pero no crean ustedes que todo se acabó con aquellos días. Ni mucho menos. Cuando las puertas frías del invierno se abren inexorablemente, las situaciones difíciles se multiplican y las necesidades aprietan cada día más y a más personas. No es todo como muchas veces nos creemos envueltos en la manta de nuestro egoísmo o ver como los de nuestro alrededor tampoco viven tan mal como de la generalidad se dice. Y nos auto convencemos de que la crisis debe ser cosas de los de la oposición a esto o aquello: ni mucho menos
En Cruz Roja de Cangas se preparan para hacer frente a otra situación que incrementa su trabajo y les hace dar otro paso al frente como sucedió en la pandemia. Explican que en estos últimos años se ha incrementado de forma notable el número de personas llegadas de otros países, especialmente de Latinoamérica. Y nos cuentan que sus situaciones personales son difíciles, que demandan de nuestra ayuda en estos tiempos fríos y difíciles que nos llegan
Proceden en su mayoría de Perú, Colombia y Ecuador. Y no son gente de paso. Cangas, por su situación no es precisamente lugar de ello. Han venido aquí para quedarse motivados principalmente por el aumento de la demanda de cuidadores para personas mayores… Y a las dificultades de empezar una nueva vida se une la situación de crisis energética, que si nos avisa de un duro invierno a nosotros, imagínense ustedes a ellos: Pero ojo, no afectará negativamente tan solo a los de fuera, a los inmigrantes, desde Cruz Roja avisan que no será especialmente duro tan solo para estas personas, sino también para bastantes de nuestros vecinos, aldeas incluidas”.
“Muchas familias que ya estaban en situación de vulnerabilidad, la aumentan ahora especialmente con la crisis energética y la subida descontrolada de los precios, y con ello ahora se encuentran aún mucho más desguarnecidas”, alertan desde Cruz Roja.
Llevemos pues la vista un poco más allá de nuestra esquina y abrámonos a la solidaridad con el prójimo más necesitado.