Remembranza belenísticas de profesores y alumnos del Maestro Casanova
Desde esta Estampa, y en el inicio de esta especial semana que hoy comienza, quiero traer hasta aquí un especial recuerdo a todos aquellos niños cangueses que desde 1.989, año tras año, convertían, primero los patios del Colegio Maestro Casona, y después el Prao del Molín, en una Galilea fría y pastoril
Treinta y tres años se cumplen pues desde que se celebró el primer Belén Viviente con la participación de todos los alumnos y profesores del Centro. Estoy seguro que a muchos de vosotros, especialmente a los que os movéis entre los treinta y los cuarenta y cinco y desde ahí hacia abajo, y a los padres de esas generaciones, os despertarán gratos recuerdos esta remembranza.
“Escuchad en silencio. Os voy a contar una historia, pero una historia muy especial, tan especial que los personajes que en ella intervinieron hace ya más de dos mil años, por medio de esa magia que siempre trae la Navidad, van a aparecer de nuevo entre nosotros. Ahora… psss… silencio.
Y seguía cadenciosa la voz del niño o niña que narraba:
Allá por el lejano oriente, en Galilea, había una aldea muy pequeña, tan pequeña como tantas de las que tenemos entre los montes de Cangas. Y allí, en una también muy pequeña casa, vivía una joven llamada María. Era muy buena y obediente. Y… mirad lo que ocurrió: Un día, cuando se hallaba sola en su casa…
A partir de este momento las escenas se sucedían en activa frecuencia mientras los personajes de la historia, encarnados por los alumnos del Colegio interpretaban sus papeles. Todos, absolutamente todos eran partícipes. Y quizá por ello, y por la implicación de los profesores, fue algo muy personal y entusiasta que todos vivimos con especial entrega. Los momentos políticos, los aires de reforma y las jubilaciones acabaron incomprensiblemente con el mismo cuando ya era algo especial de estas fechas y de la villa de Cangas. Ahora se intenta retomarlo de nuevo y así será hoy, miércoles en el Prao del Molín si el tiempo no lo impide.
La primera idea de lo que después fue una gran escenificación belenista llegó de mi mano desde Soto de la Barca donde en los mediados de los setenta ya habíamos representado algunas escenas aisladas como la marcha de María y José hacia Belén, partiendo en burro desde las escuelas, y la escenificación del nacimiento y la adoración de los pastores que se hacía en la iglesia. Allá en 1.978, el Niño Jesús estuvo encarnado en mi hijo José Luis, a la sazón con ocho meses, y que después, ya en Cangas, encarnaría a San José junto a Imma Rivera, de María
En 1.989 se realiza el primer Belén Viviente en los patios escalonados que entonces tenía el Maestro Casanova. Roberto Veiga fue el primer San José y Lorena la primera María, siendo relator Ángel Vázquez. Entonces había un coro encargado de interpretar los villancicos, prácticamente todos ellos con origen extremeño, y que muchos de aquellos alumnos aún recuerdan.
Que grato nos es recodar los buenos momentos en estos tiempos de tribulaciones y enfrentamientos