Aquellos mozos y mozas berzocaniegos con los que compartí ilusiones

Revisaba mi archivo de “Fotos antiguas de Berzocana” cuando me saltó ante los ojos la que aquí les muestro. Me envolvió una oleada de nostalgias, de recuerdos idos, que saltaron de nuevo al primer lugar de la memoria.

De momentos y rincones olvidados, de tardes de paseo y bailes vigilados, de la imagen de Fujo subido al alto tablao de madera, sin un momento de respiro con el saxofón, mientras yo aguardaba impaciente que el mellizo se decidiese a bailar y me dejase tocar un rato el yak-bag que nosotros traducíamos como yamba.

Todo apunta que esta foto está tomada en una “Verea”. Hay gente de mi quinta y de al menos otras dos hacia arriba. Relaciono imagen y nombre de casi todos, más de las chicas que de los chicos. De algunas caras me había olvidado por completo. Curiosamente creo que tan solo la Teresa Obispa, la Maruja Chocera y la Carmencita Curina son de mi edad más o menos, el resto todos mayores. Quizá por ello los recuerdo mejor, tal el caso de la Anita de tia Ramona, La Nati de tío Gregorio, la Ventura, Nicanor Sopinas, o un habitual de mis artículos sobre la monaguillería berzocaniega, Juan Sopinas, hermano de Nicanor. Por cierto también está en la foto su hermana Rosa.

Una chica y un chico aparecen con la cara tapada, imposible el identificarlos, a no ser que lo hagan algunos o algunas de los que a su lado se encuentran y los recuerden. El resto casi podría ponerles nombre a todos, se me escapan tres chicos y unas cuatro chicas a los que identifico pero no logro relacionar con un nombre propio.

Por ello he preferido dejar que seáis vosotros, mis paisanos, lo que vayan poniendo nombre a todos y cada uno de ellos.

Pasazlo bien