La foto y su pie: Y Sotana cumplió su promesa
Y cuando tras el último repecho Guadalupe apareció, allí, abajo, casi al alcance de la mano, José Luis `Sotana¨ dio un suspiro de alivio; un cachino más de camino y su promesa quedaría cumplida.
Esta vez hubo de hacer el camino desde Berzocana en dos tramos, Berzocana-Cañamero y Cañamero-Guadalupe. Y es que los fierros que le habían colocado en su pierna pesaban. Y tanto que pesaban. Y aún más al saltar alambradas que cortaban el viejo camino de siempre o al trepar por el llamado “melonar de los frailes” con gorrones de todos los tamaños y formas. Cuando cayó de la encina, allá en La Caballería, su particular Cherengueti, pensó que nunca más podría volver a caminar normalmente. De ahí venía su promesa.
No obstante José Luis ha venido haciendo hace muchos años la andadura de Guadalupe. Heredó la devoción a la Virgen del hacer y el sentir de su madre.
Le gusta internarse en la Villuercas y variar una y otra vez los tramos del camino clásico, el Camino Real, la Ruta de Isabel la Católica, que parte desde Cañamero y a la que se incorporan cuantos peregrinos llegan desde Berzocana, Garcíaz o la Aldea Centenera, aunque manteniendo siempre la visita al llamado `castaño del abuelo´, “cuyo acceso nos están haciendo cada vez más difícil cortando el camino”, aunque hayan dejado otra alternativa de paso
Y volverá al año que viene “si la Virgen quiere”