Un grupo de jóvenes quiere rescatar el pasado minero cangués
Varios vagones en el piso 0 de la mina de Tosa, perteneciente a la explotación de Minarsa, en la zona de Carballo
Han ideado un proyecto con un ruta que una las bocaminas de Carballo y El Acebo, recuperar un tren minero y crear un museo
La inactividad no nos sacará de la crisis. Así parecen haberlo entendido un grupo de antiguos mineros cangueses que, paso a paso, ha ideado un proyecto con el propósito de rescatar el pasado minero que caracterizó el siglo XX en el suroccidente asturiano. Es un primer paso en cuanto a cómo caminar hacia el futro asentando los pies en nuestro pasado
Han diseñado en una ruta circular de dieciséis kilómetros que une las diez bocaminas que existieron entre la zona de Carballo y El Acebo. La actuación, con la que se pretende activar el turismo en la zona, se completará con un museo, ubicado en el archivo municipal donde se podrá conocer también cómo era la vida en Asturias durante la pasada centuria.
Y apuestan fuerte al anunciar que “ambos proyectos se estrenarán el próximo mes de septiembre”, algo que tenemos ya en puertas, a muy pocos días. Tito Cabanal, uno de los integrantes del grupo explica: “Hemos pedido una subvención para colocar paneles informativos que informen al visitante de lo que era trabajar en una mina
El Ayuntamiento destinará parte del presupuesto del plan de Sostenibilidad Turística para abordar la interpretación de la ruta
Junto a Tito aparecen los nombres de Alipio Linde, Benito Sierra, José Luis Aumente y Marcos Linde. Para el alcalde cangués, José Víctor Rodríguez, “recuperar el patrimonio industrial es importante. Por eso, el plan de Sostenibilidad Turística tiene una línea que conlleva rescatar la zona minera de Minarsa, en Carballo”. El Ayuntamiento destinará parte del presupuesto del plan de Sostenibilidad Turística para abordar la interpretación de la ruta, aunque no se ha precisado qué cantidad
David Menéndez, el propietario de las tierras donde se ubica Tres Hermanos, una de las últimas minas aún activas, le atrajo la idea y accedió a ceder los terrenos.
Abrirán en septiembre y la intención es ampliar el proyecto para que un tren lleve a los viajeros por 300 metros de la transversal
Explican que en todas y cada una de las bocaminas “encontramos algo característico: vagones, una torreta de luz, un basculador…”, enumera Alipio Carballo quizás es el mayor conocedor de la historia de estas minas canguesas. “Sabemos cuándo abrieron, cuándo cerraron, el número de mineros que trabajaron en ella y el de accidentes que hubo”.
Mas no paran en el desarrollo y aplicación de estas ideas sino que tienen intención de “recuperar un tren para que el visitante realice los primeros 300 metros de transversal, aunque haría falta una máquinas ya que vagones y raíles hay”.
Se creará un museo con artilugios mineros, agrícolas, ganaderos y otros, encontrados en casas o escuelas
Y otro paso más: La creación de un museo que exponga “la vida cotidiana de la región durante el siglo XX”. Y describen: “Se podrán ver artilugios mineros, agrícolas, ganaderos y otros, encontrados en casas o escuelas”, precisa un entusiasmado Cabanal.
Quedan por precisar paso muy importantes, esencialmente la financiación del proyecto y su mantenimiento, algo que habrá que hacer con cuidado, ya que, próximas las elecciones, las promesas de unos y otros pueden quedarse, prendidas en el aire o en los enredos de un cambio de rumbo.
Mucha suerte
