El gobierno regional pretende reducir la población de jabalíes
La Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial “potenciará”, todas aquellas acciones que permitan reducir las poblaciones de jabalí en Asturias
Se realizarán en el marco dentro de un plan de control para mejorar la gestión de la población con el fin de mitigar el impacto negativo sobre la sanidad animal y la ganadería.
En una nota de prensa, el Principado explica que “se fomentará la actividad cinegética, favoreciendo el desarrollo de la caza social y facilitando el relevo generacional”. Además, el Principado trabaja para “flexibilizar y actualizar” las condiciones normativas de esta práctica, con “una importante expectativa de futuro para los próximos diez años”.
El Gobierno de Asturias pretende “minimizar” así el riesgo al ganado doméstico, e incluso a la población en general, de enfermedades que transmite el jabalí, como la brucelosis, la tuberculosis, o la peste porcina.
Igualmente, se activarán “todas las medidas directas” que la Administración puede poner en marcha para reducir esas poblaciones, en coordinación con los ayuntamientos, realizando o autorizando controles en áreas específicas bajo la supervisión de la Guardería del Medio Natural.
El Principado reconoce que estos animales generan cada año “cuantiosos daños” en el medio rural, daños que alcanzan los 800.000 euros y afectan tanto a cultivos forrajeros como el maíz. También están detrás de numerosos accidentes de tráfico, por lo que suponen un problema de seguridad vial.
Jabalíes en Asturias
La población de jabalíes ha crecido de forma destacada en las últimas décadas, hasta aproximarse en la actualidad a los 48.000 ejemplares. También se ha extendido notablemente su distribución geográfica, a pesar de estar sometido a una fuerte presión cinegética que, al igual que en el resto de Europa, “se ha mostrado insuficiente”.
Un estudio presentado el año pasado por la Universidad de Oviedo a instancias del Principado sitúa en 25.000 los animales que es necesario controlar, una cifra muy superior a los 10.000 que se abaten anualmente a través del modelo de la caza social que se desarrolla en la comunidad.