La Descarga de 1.932 estuvo pasada por agua

La Descarga de 1.932 estuvo pasada por agua

Foto del Tous pa tous

Cuando aún no se han apagado los ecos de la Descarga y aún perduran los análisis sobre lo ocurrido, quiero traerles hasta aquí lo que fue la de 1932 que, con el agua, también tuvo su aquel

Dice así la crónica:

“La Descarga supero este año a todos tanto en cantidad como en calidad y atracción. Se celebró a las ocho y media y pico de la noche. Decimos noche, porque debido al estado del cielo, oscureció media hora antes, llevando cuando se puso en marcha la procesión más de media hora de oscurecido. Llovía bastante; pero los corazones no se amilanaron, y llenaron la carretera del Fuejo, la Oliva, los Peñones, el Mercado, el Cascarín…y todas las casas que miran a Ambasaguas.

Llegó el momento. Aquello era imponente. Cuantos y más voladores a la vez rasgaban con furia el espacio, formando hermosas bóvedas de chispas, bóvedas de media naranja, tanto por la forma de su base y cúspide cuanto por sus gajos. muy bien trazados por las descargas desde el Cascarín,, los Nogales, Ambasaguas,, el Mercado, el Pelayo, los Molinos…

Sobre sus cohetes de tan fuerte detonación sobresalían otros de hermosos colores que daban aspecto fantástico al acto.

Aquello era imponente. Era un continuo restallido atronador desde que se asomó la procesión al puente romano hasta bastante después de haber entrado la Virgen en la ermita. Parecía no tener fin, y parecía que cada vez se multiplicaba más la descarga, muy bien ideada y muy bien iluminada, ya que por sobre sus cohetes de tan fuerte detonación sobresalían otros de hermosos colores que daban aspecto fantástico al acto.

Y no se pudieron soltar las larguísima filas  de voladores que se pretendía colocar  sus  máquinas debido a la pertinaz lluvia, sólo en suspenso desde media descarga  hasta el final. Y para final hemos de consignar que desde el Cascarín disparó cohetes, que, al estallar, hacían retemblar los cristales de la villa, y a la hora de la descarga, el muy cangués don Hermenegildo González, quien, todos los años, en compañía de su familia, viene a disfrutar de las incomparables fiestas del Carmen”.

Seguro que el avispado lector se habrá dado cuenta de que se  habla tanto de cohetes como de voladores, así como de que la descarga se inicia al llegar la Virgen al puente y no termina hasta que está  ya dentro de la ermita y se agotan los citados cohetes. Señalan también que entre ellos se intercalan cohetes de lucería, algo ya desaparecido

Y me pregunto ¿No serian aquellos grandes voladores que tiraba don Hermenegildo González desde el Cascarín los tatarabuelos de los que ahora tira el Voladorón?

Otros tiempos otras gentes

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R. Mera