¿Viven los jóvenes de ahora peor que sus padres y abuelos?
¿De verdad podemos afirmar rotundamente que nuestros hijos viven peor que sus abuelos o vivirán peor que sus padres?
Esta idee está un tanto extendida aunque con más influencia en unos lugares que en otros. Generalmente aumenta en aquellas comarcas afectadas por reconversiones o cierres empresariales, como esta Suroccidental, y disminuye en las de una más fuerte influencia agrícola o incluso de servicios.
No hay unanimidad al respecto entre los analistas de esta situación. Es más unánime si se toman como referencia únicamente los últimos 10/15 años. Convienen en que se ha producido un retroceso, pero esto cambia si se amplía el periodo de estudio comparativo hacia atrás, entonces las cosas cambian de nuevo: los jóvenes no vivren ahora peor.
Otra cuestión. Muy importante en mi criterio, es que muchas veces estas referencias se buscan únicamente en relación a los ingresos, al dinero disponible que tenían los padres para sus gastos personales y el que ahora tiene los hijos. Puede que aquí si hay una diferencia, especialmente en las citadas zonas industrializadas o mineras, no tanto en el resto. Sí se aprecia que ha cambiado la percepción sobre el dinero de bolsillo, esta es ahora mucho más inconformista y mucho menos comprensiva con cada situación. El otro hecho diferencial es que si tomamos como referencia los 18/20 años, lo padres ya trabajaban, los jóvenes de ahora, en su mayoría, no. Esto también determina la disponibilidad de dinero.
En mi opinión, si en este caso podemos hacer concesiones, no ocurre lo mismo en el resto de la comparativa en cuanto a medios disponibles, técnicas, comunicaciones, Sanidad, Educación, Servicios, ayudas, becas…puesto sea en cuarentena el trabajo.
Y no hay color en cuanto a la comparativa con los abuelos, grupo el que pertenezco. Nuestro hijos y nietos viven mucho mejor que nosotros sean cuales son las situaciones que puedan ser comparadas. Un par de ejemplos: La mayoría de los niños nacían en casa atendidos por una comadrona, si esta lograba llegar a muchos pueblos; y una llamada telefónica a Oviedo, y no digamos Madrid, te llevaba a acudir a la centralita, pedir la conferencia y esperar dos o tres horas. Y si las cosas venían mal dadas sanitariamente, un par de horas de frenazos y saltos en una destartalada ambulancia camino de Oviedo. ¡Ahhh!, ni móviles ni Internet, ni pistas asfaltadas a los pueblos; y de la tele, mal llegaba un canal.
Esta es mi opinión, pero usted puede discrepar y tener la suya.