Y allí estaban, nuestra iglesia y nuestros Santos
Hojeaba distraído las páginas del suplemento del ABC Alfa&Omega del pasado jueves y ya había pasado la última página cuando algo sobresaltó mi subconsciente, volví atrás y … allí estaba, nuestra iglesia luciendo en todo su esplendor.
“El templo con la reliquias de los patronos de Plasencia” reza el titular. Y me fui al subtítulo “La iglesia de San Juan Bautista de Berzocana es la niña bonita de la diócesis placentina porque, tras muchas vicisitudes, acoge las reliquias de los santos Fulgencio y Florentina”.
Y no solo por eso, añado yo. Lo es por derecho propio. Y el mismo periódico lo apunta: “Destaca por sus grandes dimensiones… y se la compara con una pequeña catedral… por su monumentalidad y por ser lugar de peregrinación para los fieles extremeños…”
Relata de forma muy breve la vida de Fulgencio y Florentina, su aparición. Sí aporta algunos datos que quizás conozcamos menos o choque con alguna de nuestras tradiciones. Así, el director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Extremadura, Javier Cano, escribe que los restos de los santos hermanos “los enterraron en monasterios cercanos a la Sierra de Guadalupe”. Y añade: “Fue en el siglo XIII, tras la reconquista, cuando se fundaron nuevas aldeas, entre ellas Berzocana. Y cuenta la tradición que en tiempos de Alfonso XI se descubrieron los restos de Fulgencio y Florentina y los trasladaron a esta nueva villa”. “En el siglo XVI, con la ayuda de los obispos Gutiérrez Vargas de Carvajal y Pedro Ponce de León, se levantó el templo de San Juan Bautista en el que en la actualidad se veneran las reliquias”, añade Cano.
En el reportaje se apuntan datos como la columna que sujeta al púlpito, o la base de mármol de la pila de agua bendita, o un relieve en granito de San Juan Evangelista, que sugieran la existencia de un templo visigodo en el lugar. Destaca al coro como “excepcional trabajo de cantería”