El FAPAS insinúa que algunos alcaldes protegen a los furtivos
Los furtivos suele moverse por las zonas oseras protegidas
El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), ha puesto en marcha una campaña para alertar «de una dejación de funciones por parte del Gobierno regional en la gestión de los recursos naturales, con el consecuente peligro que conlleva en la conservación de la biodiversidad».
El FAPA busca con esta campaña el “denunciar principalmente el furtivismo y envenenamiento de algunas especies autóctonas, como el oso o el lobo, así como el peligro de extinción de otras, como el urogallo, además de reflejar otros aspectos a denunciar como la deforestación o la existencia de numerosos basureros piratas».
Hablando del furtivismo, apunta Roberto Hartasánchez, hay casos en que no se castiga porque “los identificados como furtivos pueden ser familiares de algún integrante de la Alcaldía de algún municipio y se acabe archivando el expediente”
En 2021, las cámaras del Fapas realizaron una veintena de capturas de pantalla donde se puede ver a diferentes individuos cubiertos con pasamontañas y equipados con escopetas. Aun siendo todos ellos reportados al Seprona, solo uno acabó frente a la Fiscalía, siendo el caso finalmente archivado, “ya que la administración regional, que en este caso debería comparecer como afectado, no se personó en el juicio que se celebró en Cangas del Narcea». Según explica el Fapas, los cazadores furtivos suelen moverse por las zonas oseras protegidas, como las de Somiedo, Muniellos o Las Ubiñas-La Mesa, cuyos terrenos se solapan con cotos regionales de caza y las reservas de la biosfera. Asegura que los osos y lobos muertos suelen encontrarse en las reservas y en los parques, “donde el principal responsable es la Administración. En cambio, no ocurren en los cotos donde la vigilancia la gestionan los propios cazadores titulares del coto”. Denuncian que “por parte del Gobierno regional no hay un programa de vigilancia de control del furtivismo porque las rutinas de vigilancia de los guardas forestales son muy predecibles para los furtivos”, y reclama controles aleatorios en los bosques.
Por otro lado, Fapas informó de los osos fallecidos en 2021. Fueron un total de siete, y exceptuando un osezno que fue atropellado, se desconoce la causa de muerte del resto. Hartasánchez explica que “las necropsias no se realizan adecuadamente por parte de la Administración y demostrar que un oso ha muerto envenenado es difícil si no se hacen bien las pruebas. A la Administración no le interesa saber la verdadera razón de las muertes”.
Se quejan también los ecologistas de la proliferación de basureros pirata y afirma Hartasánchez que en los alrededores de los pueblos hay decenas de ellos.