Argayos, desprendimientos, hundimientos… El peligro acecha
Foto: En Puenteciella
No vamos a negar aquí que la Naturaleza es impredecible, ni que el doméñarla es imposible. De lo que si estamos convencidos es de que la sociedad, a través de sus representantes, ha de poner todos los medios necesarios para intentar, en lo posible, un control de la misma, Y aquí intervienen la previsión y el manejo de los conocimientos y medios técnicos.
Les dejo aquí algunas situaciones surgidas en estos días de argayos, desprendimientos y hundimientos, en muchas de las carreteras del Suroccidente. El peligro acecha en cualquier curva, incluso en alguna de las pocas y pequeñas rectas que puedan darse en esta red comarcal tan olvidada y castigada. En cualquier pequeña carretera, en cualquier pista, saltan rocas y tierra cortándola, estrechándola, o componiendo una oculta barrera que determina una trampa mortal para cualquier conductor. Y mucho más en la noche.
Piedras en desprendimientos habidos en las carreteras entre Llamas y Tuña; en los accesos a Genestoso o en Puenteciella. Y amén de todo lo que viene ocurriendo en la AS-15, una fana corta el río en Tineo y afecta gravemente a la carretera a la altura de Casa Zorrina. Y cada uno de ustedes seguro que podía aportar más y más casos habidos en cada lugar, en cada momento. Y de todo ello es plenamente consciente la Plataforma en defensa de las comunicaciones en el Suroccidente surgida en Cangas del Narcea de la mano de un pequeño grupos de mujeres y que está encontrando apoyos en estos concejos
Tampoco quiero poner en duda el interés de los alcaldes en retirar los obstáculos y dejar expeditas las vías de sus concejos. Me consta de la diligencia de algunos, y especialmente de sus operarios municipales, prestos a solucionar el problema. Pero no está aquí el centro del debate. Estoy convencido, y quizás también ustedes, de que la raíz de todos estos problemas se encuentra en la racanería de los propuestos de conservación y mantenimiento de la mayoría de las redes que cruzan nuestro territorio sea su titularidad, nacional, regional o municipal.
Las inversiones han de ser preventivas, y tratar de evitar, en la medida de lo posible desprendimientos, hundimientos o diversos factores de peligro. Hacer, en suma, que el viajero se sienta seguro al menos en lo que podemos llamar previsible.
Los rebacheos y asfaltados puntuales, a retazos, están bien, pero no solucionan el verdadero problema.