Naipes en la Plaza Pública
Apunte de un viaje de vuelta
Treinta y uno de agosto. Atardecía en el pueblo zamorano capital de Tierra de Campos. Camino de Asturias desde Extremadura decidimos hacer noche en el mismo por mor del cansancio que los años acusan cada vez más y de las pocas prisas.
Nos sentamos en una de las terrazas de su típica y castellana Plaza Mayor a la que el sol comenzaba a teñir de rojos diversos. Tranquilidad y silencio.
-¡Arrastro!, se oyó rotunda una ronca voz masculina
Giramos la vista hacia el otro lado de la Plaza. Y allí estaban. Incomprensiblemente para nosotros, por mor de las normas contra el Covid, en dos mesas de otra terraza unos paisanos se afanaban en su partida de cartas. Tan solo un par de ellos tenían mascarilla. Estaban apiñados.
Pasó un vehículo de la Guardia Civil. Los jugadores siguieron impasibles a lo suyo. Incluso alguno le daba al cigarrillo.
Quizás es que las normas de Castilla y León eran distintas de las de Extremadura o Asturias y permitían el juego de cartas en grupo y sin distancias. O quizás que los paisanos se las pasaban… al igual que el dueño del local. O que nosotros somos unas intransigentes
En fin, incongruencias pandémicas de las autonomías… o pasotismo