Don Atilano, el obispo de Trascastro, bodas de oro y de plata
Atilano Rodríguez, junto a ciento cuatro niños, provenientes de los lugares más diversos de Asturias, ingresaban en el Seminario Menor de Covadonga, el 2 de octubre de 1958. Nada menos que a 740 seminaristas conformaban el alumnado, algo totalmente impensable en estos tiempos
Atilano Rodríguez Martínez nació en Trascastro (Cangas del Narcea), en 1.946, hijo de Constante y Joaquina.
En aquel entonces aún no se habían reconstruido las llamadas “casas de los canónigos” De ahí que la amplia explanada de la Basílica, así como la inmediata al Seminario, hacía las veces de campos de deporte. Allí se jugaba al fútbol, al balonmano, al balón tiro… Sin embargo, los aspectos deportivos más frecuentes eran los paseos a La Riera, El Repelao, el asiento de los Canónigos; estos eran los más cortos. Pero vivir en Covadonga significaba la posibilidad de hacer largas caminatas. Los Lagos de Covadonga (El Enol y La Ercina), que la Vuelta ciclista a España convertiría más tarde en una subida mítica, eran en aquel entonces lugar de preferencia para la competición.
Y de Covadonga a Oviedo, al “Prau Picón”, donde cursó estudios de Filosofía y Teología
Don Atilano celebra sus bodas de oro, como sacerdote, y las bodas de plata, como obispo en la diócesis de Sigüenza tras su larga etapa en Ciudad Rodrigo, lugar donde aún se le recuerda con mucho cariño