Ataque oso. Reacciones III. Los paisanos
Moal
“Este año ha habido poca castaña y los osos se encuentran sin comida en el bosque”
La preocupación existente por la presencia, cada más más cercana y repetitiva de los animales salvajes junto a las aldeas, ha venido a acrecentarse en estos días tras el ataque de un oso a una vecina de Sonande, en Cangas del Narcea.
No extraña pues que esta preocupación se haga presente en las conversaciones diarias de los vecinos de la zona rural tanto de Cangas del Narcea como del resto de los concejos del Suroccidente. Están muy, pero que muy preocupados.
Pone voz a todos ellos el alcalde de barrio de Moal, Toño Rodríguez, para quien el incidente de Sonande viene a demostrar que “hay muchos más osos de los que nos dicen”
Toño, basado en su propia experiencia y la sabiduría popular heredada de generaciones anteriores de vecinos de una zona eminentemente osera durante siglos, explica que “el oso de Sonande, olió sangre y ahora sabe que es fácil cazar a humanos, lo tendrán que eliminar”. Respalda la opinión de sus convecinos de estos concejos señalando que “la gente va a coger miedo de adentrarse en el monte”. Y relata que su propio hijo, Alberto, “tuvo que escapar hace un año a la carrera de uno, que le entró por detrás en un bosque del puerto del Connio. “El oso iba a por él”.
Toño, y los vecinos, aseguran que parte de lo que ocurre, amén de que haya muchos más osos, viene determinado porque “este año ha habido poca castaña y los osos se encuentran sin comida en el bosque. Por ello se les ve pastando hierba en los prados y también se ven muchos excrementos en los caminos, con hierba”.
Y es que, el oso come hierba cuando no tiene otra cosa con la que saciarse, y en esa situación es más peligroso. Además “están en época de celo. “Se ven muchas marcas recientes de oso en la corteza de los árboles cercanos a Moal, y en el pueblo les hemos visto varias veces.
Son ya varios los pueblos de Cangas, Ibias y Degaña que han denunciado la presencia de osos en las cercanías o en los mismos pueblos. Algunos acuden diariamente a los contenedores en busca de comida. “No ha de extrañar pues a nadie que cada vez haya más miedo hacia ellos en las aldeas de estos concejos”