Prédicas partidistas envueltas en papel de celofán
FOTO: Ávilaabierta
La gran mayoría de las ideas, opiniones, deseos, e incluso insultos, que utilizan los políticos en su intervenciones, se incluyen en leyes, decretos o estudios, nos los envuelven en un papel de colorines formado por palabras, palabras que conforman una retórica sin sustancia como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, presentado ocho veces y del que nadie es capaz de concretar nada, salvo la ampulosidad de su enunciado. Fíjense si la tal resiliencia se utilizaba poco que aún no la contempla ni el corrector de Windows.
Es una más de las denominadas palabras comodín que lo mismo pueden significar una cosa y su contraria o, como sucede en la mayoría de los casos: nada.
En el caso de la palabra, resiliencia, es en psicología la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc. Podemos decir eso de que es conocida de siempre, aunque la gran mayoría no la sabíamos. Un político la descubrió y comenzó a utilizarla a troche y moche siendo capaz incluso de desayunar con resiliencia o, si me apuras, con resiliencia y empoderamiento, lo cual es ya el no va más.
Externalización, modernización gobernanza, transformación, consolidación, conectividad, sostenibilidad, trasparencia, interactuación, dinamismo trasformador, externalidad, resiliente, sostenibilidad conectada, trasformación modernizadora…
Huera prosopopeya, fraseología insustancial, retórica banal. Engolamiento cargado de pedantería y esnobismo. Significantes vacíos
Un neo lenguaje cargado de las claves que determina el llamado progresismo, a cuyo nombre suele agregar lo de digital, igualitario, ecológico, inclusivo… para complementarlos con transición, mejora, atracción, impulso, crecimiento, eficiencia, estrategia, estrategia de cambio, de frenada, de arranque, de adecuación, de determinación…