Guerra total a las ratas-topo que asolan los pastizales
El consejero Alejandro Calvo ha presentado a los ganaderos cangueses el proyecto de control de las ratas topo, quien no obstante advirtió que “no va a ser la solución inmediata, pero sí una línea de trabajo para que los ganaderos puedan incorporar a su manejo aquellas medidas que son más eficaces”.
El Principado, junto al Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), pondrá en marcha un seguimiento de la evolución de la especie y realizarán una serie de actuaciones que irán desde el trampeo hasta la retirada de ejemplares. Se llevará a cabo en los pastizales del Acebo y se iniciará esta primavera. La idea es que de esta experiencia surja una metodología que los ganaderos puedan aplicar en el manejo de sus fincas para frenar el avance de la plaga.
“Son acciones muy concretas que van a desarrollar técnicos de la consejería para evaluar el impacto y asegurar que no se perjudica a otras especies que son muy importantes para la lucha contra la rata topo, como son las aves rapaces”, concretó Calvo, en referencia al uso de biocidas de bajo impacto, que no sean transmisibles en la cadena trófica. Además, la consejería prevé facilitar perchas para la acción de estas aves.
Estas decisiones “vienen a suponer un soplo de aire. Es algo diferente y tenemos la esperanza de que funcione. No hay manera de mantener la población a raya para sacar un mínimo de cosecha”, señalaban los ganaderos afectados. El Ayuntamiento, en colaboración con los ganaderos, elaboró un mapa donde se detallaban las zonas afectadas por la rata topo este verano. La plaga afectaba entonces a 1.700 fincas y los ganaderos estimaban que la pérdida de producción rondaría el 50%.
Las bajas temperaturas del invierno no ayudaron a contener su avance. “El invierno cambió el hábito y se formaron galerías entre la nieve y la superficie del campo. Se habituaron perfectamente. No notamos una incidencia en la población” aseguran los afectados que incluso avanzan que “su presencia ya se constata en praderas situadas a altitudes más bajas que las fincas actuales”.
El sector también reclamó indemnizaciones para paliar los daños ya ocasionados en los pastos y que, indicaron, la Administración vincula a la declaración de zona catastrófica. En este sentido, el consejero de Medio Rural señaló que “existen mecanismos extraordinarios, que no son inmediatos pero también están abiertos. Es otra línea de trabajo diferente”, precisó.