La foto y su pie: Niebla, ecos y juegos
Esta mañana me he metido en la niebla. Por esa ilógica que establece la mente cuando la dejamos vagar por sus propios recovecos, me trasladó a las tardes agosteñas cuando acude a tapar el sol que ha brillado durante el día y, en muchos casos, nos obliga a buscar una chaquetita, o la rebequita, que diría Carlos Herrera.
Se abre por la recta del Pontón y acude a amontonarse en las arboledas que flanquean las riberas del Luiña. Difumina los perfiles y juega al escondite con árboles y arbustos.
-Ahora me ves, ahora no me ves.
Más arriba se diluye de un lado y se amontona hacia el otro cambiando ahora en su juego los árboles por las casas. Y arriba, el azul se va abriendo camino para esperanza de los caminantes en sus proyectos de paseos vespertinos.
¡Pero vete a saber!. En víspera de primavera, el tiempo es tan cambiante como los proyectos de un joven para el fin de semana