La foto y su pie:Y el autocar puede ser libro
Un autocar. Un viejo autocar aparcado. Esa es la primera impresión que se saca al ver la foto. Pero si uno la mira detenidamente enseguida encontrará toda una vida detrás del vehículo.
Hay barro negro bajo sus ruedas y sueño de múltiples madrugadas en los ojos del conductor. Y ve pegadas a los asientos ilusiones primerizas del primer empleo y agostados cansancios de cientos, quizás miles, de jornadas de olvido y sudor, de humedades pegadizas, de acumulados miedos e inquietudes.
Y les es fácil a muchos cambiar la percepción y ver al autocar lleno de barro de nieve y negros de carbón en toda su estructura. O del húmedo calor acumulado en la explanada de la mina aguardando la salida del turno bajo el sol implacable de julio.
Tal parece, o tal vez es, que el autocar puede convertirse en un libro abierto de la historia minera de Cangas. Una Cangas muy distinta de las de ahora como atestiguan las casa del fondo.