Las coronas de Adviento.-Lo hacemos pero no lo conocemos
Estamos en tiempo de Adviento. El adviento es tiempo de juntarse con amigos y familia, de cantar villancicos, visitar belenes y eventos navideños, hacer manualidades, decorar la casa, leer cuentos y ver pelis de Navidad; tomar chocolate caliente, turrón y polvorones. Todo para conectar con ese calor navideño que nos llena y, seamos prácticos, también las barrigas.
El Adviento, las cuatro semanas antes de Navidad, siempre ha sido una época muy emocionante: decoraciones, fiestas, amigos, salidas, familia…
Pero esto no es nuevo. Ni siquiera es de la época posterior a Cristo puesto que, ya antes del cristianismo, los días alrededor del solsticio de invierno ya se celebraban. Se sabe que así se hacía desde las culturas prehistóricas. Los antiguos egipcios celebraban el festival de Osiris, los celtas y los druidas llevaban a cabo festivales de luz y fuego y los judíos celebran Hanukka, entre noviembre y diciembre
En cualquier caso la celebración simboliza el nacimiento de la luz. Y tiene mucho sentido celebrar este día porque a partir de este punto empiezan a ser un poco más largos.
Pero el Adviento es también el tiempo en que los cristianos preparan la ‘venida del Redentor’ y es el primer período del año litúrgico cristiano. Consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo y lo conforman los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Natividad. El primer domingo de Adviento marca el inicio de la temporada navideña oscilando entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre.
En la Iglesia ortodoxa, el Adviento incluye como nota particular una abstinencia estricta de ciertos alimentos, que torna en un ayuno estricto conocido como el ayuno de la Natividad. Y aunque les parezca extraño también se practicaba aquí en España y no ha tanto tiempo, quien les habla lo conoció y practico tal y como se hacía en los pueblos extremeños. El día de Nochebuena era también día de abstinencia de ahí que se esperase a cenar a que terminase la Misa del Gallo, pues ya se estaba en el día de Navidad y aquella se rompía
Estos cumplimientos eran (y en mucho caso siguen siendo) propios, prácticamente de todas las Iglesias cristianas históricas: la Iglesia católica, la Comunión anglicana, la Iglesia aortodoxa, las iglesias protestantes (luterana,presbiteriana, metodista,morava, etc.) y la Igklesia copta, entre otras.
La corona de Adviento
Durante el Adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas generalmente de pino, aunque también se utilizan otras diversas especies y, en estos tiempos que corren, son ya más las artificiales. Son las llamadas Coronas de Adviento. Seguro que las conoce, o incluso tiene usted una colgada en el exterior de su puerta o en el centro de su mesa
Hasta hace no mucho, y aunque no se ha perdido del todo la tradición, se colocaban en el centro de la misma cuatro velas, una por cada domingo de Adviento y se cumplía un ritual: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe. Hoy en día muchos centros de mesa navideños mantienen esta estructura
En países del Norte de Europa y algunos del centro, los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona. Luego se lee la Biblia y se hace alguna meditación. Esta corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.
Constituye una tradición cristiana que simboliza los cuatro domingos que integran el Adviento en el calendario litúrgico de la Iglesia de Occidente y es una práctica de origen luterano, aunque por su nivel de aceptación se extendió a muchas otras denominaciones cristianas, incluyendo la Iglesia católica.
Las ramas verdes se colocan o trenzan en círculo, y a ellas se suman cuatro cirios ubicados en la periferia que se van encendiendo uno cada domingo de Adviento, junto con la lectura de un pasaje bíblico o la realización de plegarias. Y así, en el domingo previo a la Navidad quedan encendidos los cuatro cirios. En nuestro caso, mañana domingo día 20. A menudo se coloca en el centro un quinto cirio de color blanco que se enciende en Nochebuena y en Navidad. Y esta tradición sí que perdura aun cuando en muchos casos no se conozca ni el origen ni el porqué de ello.
El simbolismo de cada elemento constitutivo de la corona existía ya antes del cristianismo. El círculo es un símbolo del ciclo eterno de las estaciones, mientras que las especies perennes de las ramas en general simbolizan la inmortalidad, y la luz se identifica con el espíritu y la fuerza de la vida que persiste, aún en medio de los días cortos y del frío que hace en el Hemisferio Norte en esta fechas. En la simbología cristiana, la luz significa Cristo, al que Juan presenta en su Evangelio como la “luz del mundo”
Espero que ahora, cuando cada año coloque su corona en la puerta o su centro de mesa lo haga en la conciencia del origen y porqué de ese acto.