Desde la croqueación a la resilencia: Lecciones de actualidad
Sí, ya sé que soy un tanto pesado con respecto a vocabulario y el Lenguaje. De ello les voy a hablar hoy. Pero no de los que lo utilizan, utilizamos, mal; sino de los pijoprogresistas que son capaces de hablar y parlotear alargando frases innecesariamente y no diciendo al final absolutamente nada. Eso sí, todo perfectamente adobado de sus correspondientes raciones de lo políticamente correcto. Y es en los comunicados oficiales o de los organismos paralelos, dependientes, afines, y en muchos casos llamados chiringuitos, por los que en ese momento no están en el poder, es ahí donde se encuentra uno la perfección suma de lo citado.
Veamos un ejemplo de un comunicado reciente:
Una Asociación de la comarca anuncia el inicio de un programa formativo para aquellos, atiendan bien, “interesados en consolidarse a nivel ecoturístico mediante la implementación de sistemas de gestión de ecoturismo en sus negocios; así como en herramientas innovadoras para el trabajo en red y la cocreación de acciones colectivas”. Para mear y no echar gota.
De esta manera, sigue el comunicado, podrán “incrementar conocimientos y aptitudes para mejorar la sostenibilidad de sus negocios y avanzar en el desarrollo de un modelo de turismo ambiental y socialmente responsable”. Seguimos bien
Y sigue: De esta forma se dotará a las empresas de los conocimientos y sistemas “necesarios para implementar un modelo de gestión de sus negocios ecológicos y socialmente más responsable, con el fin de hacer más sostenible la actividad de acuerdo a los estándares del Ecoturismo”.
Y con todo esto tan claro, ¿qué negocio no triunfará?
Pues para finalizar anuncia que se ofrece un plan “de formación profesional online en tecnologías para la comunicación y el trabajo colaborativo entre las empresas, desarrollando herramientas y productos de información ecoturística que sinteticen y pongan en valor el trabajo colaborativo y en red puesto en marcha”
Pienso que a los trabajadores de a pie de estos organismos le dan ya hecho, adobados y cocinados, adecuados, medidos y equilibrados por los neolinguístas políticamente correctos, este tipo de escritos y que ellos se limitan a darlos curso quizás con la misma cara de estupefacción que yo.
Pero todo ello tiene arreglo. Lo único que el lector tiene que hacer es recibir estos escritos con el debido empoderamiento. Si se empodera con el palabrerío, toda será una autopista de logros y emociones. Si no se empodera… pues un desastre; hasta pueden que le califiquen de machista, fascistas, y cuanto “istas” surjan vengan o no a cuento.
Y si tanto tú, amigo lector, como cualquier ciudadanos, salvo los discrepantes; si al citado empoderamiento le agregan una buena dosis de resilencia, nuevo cuño de la progresía rampante, entonces alcanzará ya el éxtasis de lo sublime en el entendimiento, la comprensión, la vida plena y, si me apuran, hasta la salvación de su alma.
