La foto y su pie.- Olores y sonidos del campo
Nos acerca la imagen a ayeres idos hace no mucho. Desde su blanco y negro antañón, la foto es capaz de hacernos llegar olores de hierba recién segada y ruidos del campo en el trajín veraniego de la recolección.
El cantar agudo de los ejes del carro llenando con su chirriar caminos y caleyas, llena de nuevo nuestros oídos a pesar de la quietud beatífica de las vacas mirando extrañadas el artilugio que alguien les pone delante y que las inmortalizaría para la posteridad.
Llegan murmullos de conversaciones, piropos de los mozos y gritos de los niños corriendo incansables de acá para allá por las pendientes pronunciadas del prado. Incluso en su inanidad, la foto es capaz de estimular nuestros jugos gástricos pensando en aquellas pantagruélicas meriendas que cerraban las tardes de trabajo tras el traslado de la hierba a los parreiros.