Acoso virtual con salsa del tomate o la estulticia de mamá

 Y volvemos con el problema de la educación y la enseñanza. Acabamos de iniciar el curso así que, amigo oyente, toma nísperos y eructa. Lo de mucho de los nuevos papás (ilustrados, estudiados y escribidos en la salsa hedionda del tomate televisivo y otros programas de su misma o parecida altura intelectual y pedagógica) en relación a la educación de sus hijos está alcanzando cotas gloriosas de estupidez y estulticia, epidemia aparte

Ni siquiera se enteran de cómo sus hijos les toman gloriosamente el pelo amparados en la creencia paterna (aunque casi siempre suele ser materna) de que su preciosa criatura no es entendida por sus enseñantes que no se enteran de que es hiperactivo, tiene un altísimo coeficiente intelectual y, encima se sabe de memoria todas las canciones de Bisbal  y el nombre de todos los que intervienen en Operación Triunfo o están en esta o aquella isla.

En estos casos, el chaval o chavala, que suele ser espabilado, saben rápidamente como explotar la situación para descargar responsabilidades y librarse de tareas, deberes, estudios y demás morondangas, que le someten a trabajos y disciplinas que él o ella no está dispuesto a  aceptar porque se vive mejor sin dar ni golpe y libre de toda tarea.

¿Qué ocurre entonces? El alumno comienza acusando a sus compañeros de que no quieren jugar con él, le pegan o, más al día aún, le acosan. Pese a lo suspensos, las llamadas de atención del tutor, las notas informativas de mal comportamientos que reciben y demás avisos, mamá lo ignora, cree a su niño o niña a pié juntillas y, poseída de su inmensa sabiduría y modernidad en el conocimiento de estas cuestiones, acude al Centro indignadísima, gritona, armando el pollo y amenazando incluso a los cuadros del Rey de acudir con abogados y militones y meter entre rejas a todo el personal que maltrata de esa manera a su cielo de niña. Y una y otra vez niega pruebas y declaraciones al respecto, incluso de los propios niños de la clase en bloque que, listos también ellos, saben perfectamente lo que ocurre y no dudan a la hora de tratar de mentirosas a mamá y compañero. Y no hablamos tan solo de Secundaria o Bachiller. El caso se ya da hasta en Primaria donde hay mamás y abuelos dignos de ser enmarcados como muestra de su nulo conocimiento de lo que ha de ser la educación y preparación de los suyos para la vida, incluso con la experiencia de lo por ellos vivido

Pese a las pruebas evidentes de que el mal está en casa y en su propio sistema, mamá y papá no se rinden y pasa de acusar a los chavales a acusar al profesor. Y van de esquina en esquina, de corrillo en corrillo, y de super a hiper, vomitando exabruptos y evacuando mentiras en el convencimiento de que los profesores y los compañeros de su hijos han montado todo un contubernio en torno a su cielo de niña que, explotando la situación y ante la memez profunda de su más que ilustrados progenitores, se apunta al carro y miente y fabula día atrás día para seguir en el carrito de la vaguería, hago lo que me da la gana y  soy la más lista de la clase, y si alguien me lo niega se las verá con mi madre…. y sus abogados.

 Muerde el níspero del principio y deslízalo en tu interior. Amén.

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R. Mera

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