La foto y su pie.- Buscando la sombra
Pegaba el sol en la agosteña mediodía de Larna, allá por los camino de Rengos, en Asturias.
Y pese a que el firmante suele quejarse un año tras otro de la falta de sol y calor por los lares citados, esta vez hubo de convenir en que toda la razón asistía al ternero. Acuciado por los picores del caluroso astro, no dudó en cobijarse bajo la primera sombra que encontró en el prado. Incluso se volvió mirando curioso al osado que en el pico del prado, a pleno sol, se dedicaba a fotografiarle en lugar de cobijarse bajo la más cercana sombra que a mano tuviese.
Y es que aquí no coincidimos. Mientras que yo gozaba del sol y su fuerza pegando en mi piel, el ternero moscaba y prefería la sombra del ramaje. Se notaba su ascendencia, mejor sombra y orballos que el sol luciendo con fuerza en el cielo. Aunque sea agosto.