Remembranzas canguesas:Las cosas de Xuaco en sus 100 cumpleaños
Como ya he hecho en otras ocasiones, les traigo de nuevo un sucedido acaecido en Cibuyo. Y es que creo que lo que en muchas ocasiones consideramos pequeñas cosas, esas y su protagonistas son los que han confirmado concejos y pueblos a lo largo de los años.
Cercana ya las tres de la tarde del día 9 de febrero de 1.992, el disparo de cien voladores se convertía en una estruendosa felicitación a Joaquín Fernández Rodríguez, “Xuaco”, que cumplía cien años y era homenajeado por todos sus paisanos.
Los aproximadamente 250 vecinos de Cibuyo se echaron a la calle en un día espléndido de sol para homenajear a Xuaco. Y allí acudí yo para dar fe del acontecimiento a los lectores de La Voz de Asturias y La Maniega.
Antes de comenzar los actos digamos oficiales, Xuaco nos recibió en la cocina de su casa. Pese a los año, sus ojos claros aún se conservan vivaces y atentos, escribía yo en aquel entonces. Apoyado en su cayado saluda a unos y otros. No se inmuta ante el micrófono que le pongo delante y su voz suena clara y contundente: “Sí señor, tengo cien años ya domei dos mulleres”. Joaquín enviudó dos veces y tuvo siete hijos. Tiene un montón de nietos y biznietos, sobrinos y amigos, todos entraban a felicitarlo.
Nos cuenta que en sus años mozos viajó a Cuba “ Estaba todo aquello malo y no tardé en hacer las maletas. Un poco más de cuatro años, de 1.911 a 1916.
No quiere recordar algunas cosas. Ni los años posteriores a la guerra ni aquellos momentos en los que el hambre apretaba y se encontró con siete hijos en casa. Los vecinos nos señalan que siempre vivió del campo, que fueron malos años para ellos y que Xuaco lo pasó mal.
“Entós sí que las fiestas eran fiestas, señala Xuaco creciéndose, se armaba cada gresca que no veas. Había que ir siempre provisto de un buen garrote, y unas veces por las mozas y otra por cualquier tontería, se armaba. Si no había palos no había fiestas”.
Aseguraba con una pícara sonrisa que le han gustado mucho las mozas “las de ahora mucho más que las de antes, entós llevaban refajos ya un montón de cosas encima, gústanme mucho más con la minifalda”. Se le avivan los ojos y siente no poder echar un bailín, “ía que me fallan las piernas, aunque la vista alégraseme con las mocinas”.
Lo que no ha perdonado nunca es el vasín de vino y la copa de orujo por las mañanas. “Gústame mucho”, afirma picaronamente. José Menéndez, de 83 años, y compañero de correrías de Xuaco aseguraba que “tien bebío to el orujo del mundo y tenía ya tien unos prontos del demonio.Si no acepabas su invitación a una copa ya estaba armada. Si él invitaba había que beber”. Nos afirma que tan solo fumó estando en Cuba.
Se anima a hablarnos de su estancia en Madrid. “Estuve allí de aguador y me fue muy bien. Comía bebía ya dormía en la casa del Conde de Toreno. Llevaba agua gorda para ellos. Tenía hijos, creo que Iván y Joaquín, y una hijas o dos. Todos fueron muy cariñosos y amables conmigo. Andábamos por el año 26”.
Decía que le fallaba la memoria, pero leía el periódico y escuchaba la radio; estaba perfectamente al corriente de todo lo que ocurría.
Se hizo una misa de campaña, se sacó en procesión al Cristo de Puchanga, las mujeres adornaron el altar y el alcalde de barrio le entregó una placa.
Cuando dejamos el pueblo continuaba la fiesta
Mera con tanta cámara como lleva vas, y pones una de un periódico, foto que esta regularcilla, seguro que la tendrás mejor, o no la encuentras.
En aquel entonce se mandaba el periódico, por el ALSA,
el carrete entero, que era de 12 fotos,. no nos quedábamos con ninguna Esta es de La Maniega y están todas en blanco y negro , Saludos
En aquel entonce se mandaba al periódico, por el ALSA,
el carrete entero, que era de 12 fotos,. no nos quedábamos con ninguna Esta es de La Maniega y están todas en blanco y negro , Saludos