La foto y su pie.- ¡Vaya matracona!
¡Vaya matraca!. Lo que hubiésemos gozada con ella en nuestras años de monaguilleo en Berzocana. ¿A qué sí Canete? ¿A qué sí Elías?. Seguro que hubieseis sido capaces de meter a Pablo dentro
Me la encontré en la catedral de Plasencia y no pude por menos que acercarme a curiosear. ¡El escándalo que debía de formar el tal artilugio llagado el Viernes Santo!.
En aquellos años de mi infancia no la podríamos haber llevado por las calles, seguiríamos con las pequeñas que aún se conservan en la iglesia. Pero seguro que ésta matracona que hasta aquí traemos hoy habría formado un gran escándalo haciéndola sonar desde la torre para todo el pueblo.
Tuve el manubrio en mis manos; tan solo me faltó un pelín de decisión para hacerla hecho sonar.