ENCLAUSTRADOS XXVII. Jueves Santo sin redobles ni cornetas
Día 9.Jueves Santo. “Tres jueves hay en el año que relumbran más el que sol: “Jueves Santo, Corpus Cristi y el jueves de la Ascensión”. Así reza el antiguo dicho que definía estas festividades otorgándolas un lugar privilegiado en el calendario festivo español, incluso en otras naciones especialmente sudamericanas.
A lo largo de la transición dejaron de existir como tales el Jueves del Corpus y el de la Ascensión que pasaron a celebrarse en el domingo siguiente por mor de las adaptaciones al nuevo modelo político y las formas de trabajo con sus fines de semana y sus puentes ajenos por completo a las festividades religiosas. Algunas regiones o localidades se negaron a renunciar a dichas celebraciones, como Toledo, y las siguen manteniendo como fiestas no laborables de carácter local o regional.
Ahora el dichoso virus nos ha roto el Jueves Santo y toda la Semana Santa. Decía el párroco cangués en unas declaraciones a Onda Cero que quizás esta situación nos haga ver de nuevo la Semana Santa desde la soledad y el sufrimiento, despojada de su carácter festivo, más cerca de su verdadero origen. Y algo de razón habrá que darle por cuanto la festividad no nació como un periodo vacacional o esencialmente festivo sino como recuerdo a la pasión y muerte de Cristo. Unas días de penitencia y recogimiento interior.
Ahora todo ha cambiado y lo lúdico y vacacional priman sobre lo religioso hechas sean las excepciones preceptivas al uso. Hace ya unos cuantos años, cuando este cambio empezó a producirse, me llamó especialmente la atención un anuncio de una discoteca local que rezaba “Gran fiesta de Viernes Santo”. Mayor contradicción histórica imposible.
Y dentro de esta anómala festividad trascurre la mañana lenta y melancólica para unos y sufrida y aburrida para los más jóvenes. Y hablando de ellos he de hacer constar que están cumpliendo las normas de encierro mejor incluso que los mayores. En mis idas y venidas a la ventana he detectado la presencia en la calle de muchas mas personas mayores que jóvenes. Y cuando hablo de mayores quiero decir de 65 para arriba. Niños, adolescentes y mozos no he visto ninguno, o contados. Tres hurras por ellos.
Me preocupa como reaccionaran llegado el momento de retomar la vida activa y con la inevitable recesión económica se les pidan especiales sacrificios. No sabemos cómo reaccionaran estos jóvenes criados en su gran mayoría en una vida cómoda y de necesidades de todo tipo cubiertas, crecidos en una formación relajada sin esfuerzo ni compromisos ante la llamada al sacrificio, ante la escasez que se nos viene encima. Probablemente, como está sucediendo ahora, nos den de nuevo una gran lección. Y entienda el lector que el sustantivo “jóvenes” no abarca a todos ellos en su definición, siempre hay excepciones.
Me enternece la actitud de aquellos que ataviados para la ocasión salen a balcones y ventanas a rememorar procesiones y actos propios de esta fechas. Cantan saetas, remedan procesiones de una y mil maneras, suenan cornetas y tambores, se engalanan con mantillas y capirotes. Y en Cuenca y Aragón, los tambores destemplados retumban desde los balcones por calles y caminos, por pueblos y aldeas “rompiendo la madrugada” cada atardecer.
Y en otra madrugada, en la “madrugá” sevillana, sonaran ecos de silencio por Triana y por Feria. Pero estoy convencido de que por muchos pasillos habrá sevillanos y sevillanas, malagueños, leoneses o vallisoletanos, que procesionarán con sus cristos y sus vírgenes con los ojos llenos de lágrimas y las sensaciones y los recuerdos a flor de piel
El párroco cangués, Juan José Blanco, anuncia que habrá Oficios Religiosos en estos días. Serán a puerta cerrada pero podrán ser seguidos por los fieles a través de Internet en la página “Parroquias Fuentes del Narcea”.
Más lenta aún que la mañana discurre la tarde. La tele actúa de somnífero. Mi pasillo se convierte en el Paseo del Vino, como ha ocurrido ya otras veces a lo largo de este enclaustramiento. Paseo con la compañía de Sánchez y Casado que se enzarzan en el Parlamento.
En algunas cadenas, especialmente andaluzas y castellanas, retransmiten las procesiones de otros años.
Decae en silencio el Jueves Santo y entramos en “la madrugá” del viernes adormilados en el sofá tras haber aplaudido un día más. Y todo apunta a que esto se alargará probablemente hasta fin de mes.
Paciencia y feliz jornada