ENCLAUSTRADO XIV. Sutilezas negativas
Viernes 27.- He retrasado en esta mañana mí salida a la ventana. Me preocupan algunas informaciones que apuntan que se han iniciado una serie de acciones judiciales contra unos y otros por cumplir o no hacer, o no correr, o no mirar, o no aplicar esta o aquella norma, o este o aquel derecho sindical, esta o aquella competencia, lo de aquí o lo de allí, en el desarrollo de la lucha contra el dichoso virus. Y empiezan a intervenir los jueces. ¡Y eso me da mucho miedo!. Tengo pánico a “los criterios” de los jueces y no me los imagino tomando decisiones que deberían estar única y exclusivamente en manos de las autoridades y expertos sanitarios.¡ Dejen para después sus puntitos y sus puntillas, y mucho más aún callen y esfúmensen los amantes de denunciar a troche y moche buscando siempre el beneficio propio.
A las nueve me llegan nítidas las campanadas del reloj de la basílica. La niebla oculta entre sutiles tules Santa Marina para irse retirando despacio montaña arriba hasta dejar una mañana de sol. El día despierta ideas de libertad y esparcimiento en espacios libres ahora tan lejanos.
Nieva en la Sierra de Madrid, informa la radio. Contrastes del tiempo. Aquí tan solo una ligera neblina filtra el sol. Poco apoco se va disipando y el día continúa con su repetitivas acciones en todos y cada uno de los encierros. Me imagino cuan difícil estará siendo para aquellas familias con niños que controlar. Son también héroes anónimos que necesitan aplausos y apoyos.
Hoy estoy criticón. Creo que desde la socialización en que nacieron y se desarrollaron los aplausos diarios de las ochos de la
noche se está yendo paulatinamente a una individualización de actuaciones. Incluso profesionales de ésto o aquello un tanto olvidados del gran público reaparecen de pronto con canciones sobre la pandemia o los encierros. Otros inician sus campañas publicitarias desde balcones o terrazas.
Pero quiero despedirme con un bonito gesto: El Ayuntamiento de Cangas del Narcea ha creado una red de voluntarios para conseguir fabricar 8.000 mascarillas. La iniciativa partió de la donación de ocho rollos de tela sin tejer por parte de la tienda Quico, de Luarca, y por mediación de la canguesa Magdalena Álvarez, comercios y empresas locales han colaborado con la preparación y donación del resto de materiales necesarios para la elaboración y a partir de hoy una veintena de modistas y costureras del concejo se encargarán de la confección. Las mascarillas se entregarán en el Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa y una parte se destinará a la residencia de mayores del concejo Hogar San José. Nuestro aplauso
Paciencia y feliz jornada