La foto y su pie.- Silencio y deseos
Marca el silencio el atardecer de la aldea. Se ruborizan las nubes hacia el occidente y la brisa ha dejado de ser. No se mueve una hoja. No se oye un ruido, no canta un pájaro, no mugen las vacas ni se oyen chuecas en los alrededores. Todo duerme aunque aún no es noche.
Apagó diciembre sus días y los días apagaron el año.
Ajenas a ello, las piedras de la aldea dormitan olvidos. Añoran rumores de vida y sonar de pasos, gritar de niños y tardes de romance en sus esquinas.
Y piensa que quizás algún día vuelva todo a su ser. Y volverá a oler a hierba recién segada.