NARCEA.- La aventura del conductor Senén
Hoy queremos hacernos eco del reportaje de Mar Iglesias publicado el día 4 en La Nueva Crónica de León en el que cuenta como Alsa premia a un conductor berciano que salvó a una familia tras un accidente
Senén Hompanera contó el episodio en el que participó en 1988 para presentarse a un Concurso de Anécdotas de la empresa. Ganó el concurso que y anteayer recogió el premio.
Natural de San Pedro de Olleros, Senén Hompanera, jubilado de Alsa, ha recibido el primer premio en el Concurso de Anécdotas que por primera vez este año ha publicado la empresa de transportes asturiana.
Senén recordó un episodio en su vida que le dejó marcado y que quiso relatar para participar en el citado concurso, concurso que vio publicado en una revista interna.
Senén recuerda una mañana de invierno de 1.998 que amanecía con 10 grados bajo cero que cogió el autocar que iba de Villablino a Cangas de Narcea antes de las ocho de la mañana. Sabía que en el trayecto existía un socavón que los coches no apreciaban, pero en el que él reparaba al pasar cerca. Ese día lo hizo, pero del hueco salían dos luces de posición entre nieve que le hicieron saltar del asiento. Como era casi el inicio del recorrido no llevaba viajeros aún. Al ver las luces, su instinto le hizo frenar en seco y dirigirse al socavón.
Allí encontró un coche en el que viajaban un matrimonio y una niña, estaban prácticamente congelados tras pasar la noche clavados en el hueco de la carretera. “Forcé la puerta del coche con una palanca. Cogí a la niña en brazos, porque me pareció que era la que peor estaba, y se la llevé al autobús para taparla con una manta”.
Tras rescatar a los tres heridos, los subió en el autobús y tomó una decisión, seguir el recorrido hasta el Hospital Severo Ochoa de Cangas de Narcea, sin hacer paradas, para que atendieran a la cría, que tendría unos 9 años y que no dejaba de preocupar a Senén. Una vez dejó a los heridos en el Hospital, cuenta el conductor, “el encargado vino enfrentándose a mí, porque los viajeros llamaron que había pasado el bus y no les recogieron”.
Senén habló con el jefe de Alsa, Secundino Cosme Adelaida “y me dijo que no me preocupara que no solo era correcto lo que había hecho, sino que era un honor saludarme”.
Al año siguiente, el hombre al que ayudó, que era de cerca de La Espina, consiguió localizarle y fue a visitarlo. “Solo quería darme un abrazo y decirme que estaban bien”. “Me dijo que la niña estaba bien, pero que había estado a punto de sufrir congelaciones en los pies». El hombre,agradecido, le regaló sidra, queso y chorizo “y me hizo saltar las lágrimas.
Senén cumple 69 años y lleva jubilado desde los 63. En Alsa estuvo trabajando 27 años y, tras jubilarse, le diagnosticaron una esclerosis múltiple que le obliga a caminar con muletas.