La foto y su pie.- Juego de sombras
No sabe el asombrado espectador si la nube de sombras sube desde el mar, ausente de azules, o baja desde la nube, carente de blancos. Solo los tonos rojizos del trasfondo trasmiten vida al atardecer onubense.
Para unos, dibujan los negros una sombra de gran encina huida de las tierras extremeña que hunde sus raíces en el mar. Para los más pesimistas, la imagen recoge los momentos posteriores a una explosión atómica ocurrida allá en la lejanía de cientos de kilómetros en algún atolón de un país cuasi olvidado.
Sombras capciosas de nubes vespertinas jugando con el mar y el cielo en la mente distraída de presentes activos del que mira.