Muchas gracias amigos. Un abrazo para todos
24 de marzo. El sol nos envolvía en un calorcillo más que agradable.. Sentados en una de las plazas de Potes dejábamos que la vista se perdiese entre los picachos coronados de blanco. Frente a nosotros, unas cervezas componían el cuadro del momento cuando ya el reloj había dejado atrás las dos de la tarde.
-Tienes ya un montón de felicitaciones, me dijo Maribel móvil en mano.
-Pues yo con esto de las cataratas no veo un pimiento, le contesté displicente.
-Mira. Y comenzó a leer mensajes uno tras otro.
Mientras la oía iba procesando el origen de la felicitación:
–Felicidades don Mera. Esa era de Cangas de alguien que fue alumno o estaba relacionado con el mundo de la enseñanza.
-Muchas felicidades don José Luís. Soto de la Barca; ex alumnos y padres de alumnos. Me satisfacen especialmente el cariño con el que me felicitan estos padres después de más de cuarenta años. Mis primeros pasos en la enseñanza. Especiales y muy agradables recuerdos
-Felicidades rmera. Estos procedían de amigos que me conocieron a través del periódico, la radio o, y muy especialmente, La Maniega. Tenían origen en diversos puntos, pero especialmente en Cangas
-Felicidades José Luís. Estos eran los más difíciles de situar, tenían muy diversas procedencias desde Extremadura a Asturias, pasando por Madrid.
Maribel seguía desgranando mensajes. Había pedido otras cervezas
-Muchas felicidades Pepe. Estos eran fáciles. Tenían todos su origen en Berzocana o en amigos de Berzocana esparcido por muy diversos lugares
-Felicidades Pepe Luís. Estos eran de los familiares más directos. Así me llamaba siempre mi madre.
Me sentía joven e ilusionado. Los mensajes, el calorcito del sol, el entorno, la cerveza…
Por la mañana me había sentido alpinista en ejercicio. Había subido a más de 1.800 metros y paseado entre la nieve. En vez de 73 tal parecía había cumplido 37. Pero no os asombréis aún. Mi escalada había sido de las más cómodas del mundo. La había hecho en el teleférico de Fuente Dé.
Exactamente igual de fácil me estáis haciendo vosotros la escalada de este último tramo de la vida. Vuestras felicitaciones y deseos son inyecciones de vitalidad para seguir adelante, para seguir contándoos en esta página pequeñas historia de ayer y de hoy, vivencias compartidas de acá o de allá, o remembranzas de aventuras y lugares. Muchas gracias amigos. Gracias por vuestro interés, gracias por dedicarme un momento de vuestra vida, gracias por vuestros buenos deseos y, sencillamente, gracias por estar ahí. Os siento a todos en la distancia asomándoos curiosos e interesados a esta página.
Muchísimas gracias a todos, gracias de corazón y hasta el año que viene si Dios quiere. (Aunque este final no sé si será políticamente correcto)
¡¡¡ Valiente, Pepe !!! En ese mirador estuve hace mucho tiempo y entré agarrado al último tubo de la verja, por decir “he entrado” ya que suponía que no tendría una nueva oportunidad. No obstante, entonces la parte más alejada de la entrada al mirador tenía el piso de barillas de hierro, lo que daba más vértigo. Ahora parece ser todo de hormigón.