La foto y su pie. Marzo vuelve a ser marzo
Hoy me he reencontrado con el paguas tras veinte días semiveraniegos en la capital de España.
Ha ratitos llovía, a ratos orvallaba, y he vuelto a mojarme las perneras del pantalón al andar en mi paseo mañanero, El termómetro marcaba once grados y lo niños acudían de nuevo al colegio envueltos en impermeables y trencas y arrastrando pesadas mochilas. El tiempo ha vuelto a su ser y marzo a ser marzo.
En La Himera, las pieles de las vacas relucían al abrirse la luz de la mañana y los prados comenzaban a lucir verdes sobre los pardos y rojizos de las pasadas heladas.
La lluvia es un buen bálsamo para la plaga de los incendios