CANGAS DEL NARCEA.- Muere una anciana tras prender el fuego de una cocina sus ropas
Manuela Álvarez López, de cien años y vecina de la localidad de La Viliella, en la parte más alta del concejo ya casi en el límite con Degaña sufrió un acciente domestico que terminó horas después con su vida. La localidad tenía ese día cuatro grados bajo cero.
La mujer, pese a su edad se defendía muy bien sola y ella misma encendía y atizaba el fuego. Nadie se explica qué pudo pasar el pasado martes pasadas las ocho de la tarde cuando regresó a su casa donde la dejaron su hija y por su yerno, que viven en la casa colindante. Todo parece indicar que, cuando se hallaba atizando el fuego debió de saltar alguna chispa que prendió sus ropas sin que pudiera apagarla. Según su nieta Desiré “nos dimos cuenta de que algo le pasaba por las voces que oímos, Llamaba ami madre gritando que le ayudara”.
Su hija y su yerno, que también escucharon los gritos acudieron de inmediato a la vivienda. Al llegar, la encontraron tumbada en el baño y con graves quemaduras por todo el cuerpo.
Fue evacuada en ambulancia al Hospital Carmen y Severo Ochoa, donde, viendo la gravedad de las lesiones, se decidió derivarla al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde, a pesar de los esfuerzos por salvar su vida, terminó falleciendo. Según explicaba su nieta, su abuela iba a comer a casa de su madre y regresaba por la noche a su casa, donde “utilizaba la cocina para calentarse. Quizás el tipo de ropa que llevaba ese día contribuyó a las llamas se propagasen con rapidez, aunque realmente «no sabemos qué pas
Manuela tenía cinco hijos, uno de ellos ya fallecido. Sus restos mortales fueron trasladados el jueves al cementerio de la localidad canguesa de Larón, donde recibieron sepultura. El trágico accidente ha dejado sobrecogidos a los vecinos de La Viliella. Sus residentes recordaban estos días cómo la familia ya vivió de cerca los efectos de otro suceso: los incendios que asolaron el concejo cangués en octubre de 2017. En aquel momento y, al igual que los vecinos de Gillón, tuvo que ser desalojada de La Viliella debido al intenso humo.