La foto y su pie.- El tiempo ha roto el laurel
Ha doblado su cerviz el viejo laurel. Situado en la confluencia de dos caminos ha visto pasar la vida y la pequeña historia de Larna durante muchos años, siglos quizás.
Ahora, azotado por una nieve demasiado temprana cuyo peso no ha podido soportar, ha visto como quebraban sus ramas y se hendía su tronco. Reducido a la mitad, aún no pierde su orgullo y quiere mostrarse desafiante al tiempo y a las gentes.
Alguien le ha librado de sus ramas rotas y semipartidas, de las dañadas y rotas, y de las vetustas. Todas se acumulan ahora a sus pies a la espera de que el tiempo las convierta en tierra y, quién sabe, quizás en nuevos troncos de vida y esperanza. Como la vida misma.