La foto y su pie.-Caballos en el ocaso
Se acerca el verano. Miran sus sombras rojizas los caballos en el agua muy cerca de donde el rio Salado vierte sus aguas al mar. Quizás no son sus reflejos los que el agua devuelve sino los de aquellos otros antepasados suyos que, aguas arriba, en 1.340, cruzaron ímpetus y coces con sus primos, que montaban caballeros árabes, según puede verse en un magnifico cuadro que guarda el cacereños Monasterio de Guadalupe.
Oculta el disco solar sus reflejos tras la línea del horizonte para buscar mañana la salida por el punto contrario. Desandan los caminos los caballos y el paseante se deja llevar por la suave brisa del atardecer adivinando que su ocaso no tendrá vuelta como el del sol la encuentra en un nuevo amanecer