CANGAS DEL NARCEA.- Economía colaborativa y nuevas corrientes: cursos de verano en Cangas
Una veintena de alumnos llegados de Valencia, Madrid, Ciudad Real, Pamplona, León, Santiago de Compostela y Asturias, asisten al curso de verano que la Universidad Alcalá de Henares inauguró ayer en Cangas del Narcea.
La desregularización laboral es el tema principal de un curso que alternará ponencias con mesas redondas durante las tardes de hoy y mañana. Un total de 18 profesores de distintas universidades participarán en el programa aportando su propia visión sobre el tema a tratar.
Esta tarde la conferencia correrá a cargo de la profesora Aránzazu Roldán, de la Universidad Europea de Madrid, bajo el título “Concentraciones societarias y grupos de empresas”. Mañana, el ponente será José María Miranda, de la Universidad de Santiago de Compostela, que hablará sobre la doctrina judicial europea. Además de los inscritos, el curso está abierto a la participación del público en general como oyente.
El curso se inicia bajo el título ‘Desregulación laboral: aspectos patológicos de las nuevas fórmulas de interconexión empresarial y la economía colaborativa’. Una actividad que fue promovida por la profesora de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, Remedios Menéndez Calvo, con orígenes cangueses y que permitirá a los veintidós alumnos no solo reforzar sus conocimientos académicos en materia de derecho laboral, sino también conocer y disfrutar de la villa.
A la inauguración acudió el director general de Trabajo, Antonio González, que instó a los estudiantes a “no creer en soluciones fáciles a problemas complejos”.
Eduardo López Ahumando, codirector, explicó que el curso abordará los cambios que están aconteciendo en el mercado de trabajo analizando cómo las empresas interconectadas, que colaboran para tener más competitividad, están influyendo en las condiciones laborales de los trabajadores. Por su parte, Carolina Martínez Moreno, profesora de la Universidad de Oviedo, explicó cómo este modelo está llegando a sectores que antes no externalizaban, pudiendo suponer “prácticas abusivas o fraudulentas, por ejemplo, con falsos autónomos”.
