CANGAS DEL NARCEA.- La periodista canguesa Olga Flórez, pregonera
OLGA FLóREZ GARCIA, Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense, es desde 2008 directora de programas de entretenimiento en Telecinco.
Su padre fue de casa Murias, en Bimeda; y su madre de casa Mata, en Limés.
Según explicó ella misma en una entrevista comenzó su carrera como redactora, para seguir como ayudante de dirección, después productora ejecutiva y finalmente directora de área. Admite que el mundo de la televisión, y el del periodismo en general, no es fácil, y que a veces ha sido ella misma la que se ha puesto barreras a la hora de evolucionar por temor a no estar preparada.
Acudió a Canga en el XII Capítulo de la Cofradía del Vino de Cangas en el que fue nombrada Cofrade de Honor y allí fue la encargada de dar el discurso capitular. De él sacamos algunos párrafos
“Soy hija de los emigrantes, de este Valle que crecimos. Y nos educaron, en Madrid, como si estuviéramos en él. Las mismas reglas, la misma ética, las mismas formas… En definitiva: La misma cultura. Para nosotros, Cangas significa muchas cosas, muchísimas, infinitas. También significa vino…
Y con respecto al mismo señalaba
“La historia que yo conozco es la de un vino de montaña que ha salido adelante gracias al trabajo, la ilusión y el esfuerzo de un grupo de viticultores que tuvieron un sueño y lo hicieron realidad”.
Y rememoraba
“Os contaré que, cuando era una nena, al terminar la escuela, mis padres me mandaban aquí, a casa de
los abuelos y de los tíos. Entonces no me daba cuenta, e incluso envidiaba un poco, a mis compañeras de colegio, que se iban a Alicante de vacaciones (que me perdonen los de Alicante). Ahora sé que tuve los veranos más guapos que se pueden tener.
Guardo recuerdos maravillosos con los que tejer historias reales y de ficción sobre la lógica de la vida. Un regalo irrepetible. Una forma de ser y de estar en el mundo.
Salíamos de Madrid en unos autobuses que se cogían en del barrio de Moncloa. Siero se llamaba el conductor.
Podríamos tardar un día, o día y medio, en llegar. Nada más divisar Leitariegos nos poníamos muy contentos. Al llegar a la vuelta de la Corona, ya estábamos alterados. Estábamos en Asturias. Atrás quedaba Madrid, el invierno, el colegio, la disciplina… Al llegar, en el aire, respirábamos libertad.
Nos bajamos en Bimeda y subíamos andando hasta Murias de Paronche. Todavía no teníamos pista para coches. Salía a nuestro encuentro la familia…
…Siempre fui un poco zascandil. Por lo menos eso decía mi abuela María: “Esta rapaza nun tien paradero”. Me iba de casa en casa: Casa Perales, Casa Rondo, Casa Cuervo, El Majo, Arallón, el Estanquiero, Casa Caín (que siempre han sido familia).
Mi padre construyó. Construyó una casa y una familia en Madrid al estilo de Cangas. Nuestra casa siempre estaba llena de amigos y parientes que iban y venían. Para entrar en el comedor había un salvoconducto: “Soy de Cangas…” Y ya estaba la mesa puesta con botellinas de la vendimia.
“Anda que no he ido yo al jornal.” -Decía mi madre-. “Se trabajaba muchísimo y había que estar enramando y esmamonando.” Hasta hace poco yo no sabía qué era esmamonar, me hacía gracia… Hoy sé que esmamonar es quitar los sarmientos alrededor de las vides, y yo voy a ir ahora esmamonando por la vida…..
Hoy seguimos compartiendo, en familia y con amigos, pote de berzas, fabada, chosco, butiecho, fixuelos… Con los nuevos vinos mejor calidad. Misma esencia.
Hubo un tiempo que deje de venir por aquí. Quise conocer mundo, viajar, pero nunca deje de tener contacto e interesarme por todo lo que tuviera que ver con Cangas del Narcea. En 1997 empecé a leer sobre vuestro trabajo en la viticultura. Sobre el coraje para sacar el vino del olvido y hacerlo evolucionar…..
Lo decía nuestro ilustre Alejandro Casona: “Sólo se llega a lo universal por un camino de cucho entre un hórreo y unas pitas.”
Ya siempre vuelvo. Aquí, al pie de cien montañas.
Es posible que un día os pida: No me lleves más de Cangas. Por compasión….
Vosotros me entendéis.”