La foto y su pie.- El renacer de La Plaza
Han abierto los primero soles entre las encinas. Han jugado los rayos mañaneros con las crestas del Cancho de las Sábana. Se han estirado los cuerpos cansados de invierno de los berzocaniegos y las luces y sombras juegan al escondite en La Plaza.
El puente de mayo, con la llegada de emigrantes ávidos de sosiego, abre las puertas a sueños veraniegos y las mesas y sillas se desparraman buscando clientes. Los días comienzan a deslizarse, largos y rojizos en sus atardeceres, hacia el bullicio de agosto. Será entonces cuando la Plaza alcance su máximo bullicio y esplendor