PÍLDORAS ENERO-FEBRERO 18

Una vez más aglutinamos en esta página las “píldoras” publicadas a lo largo de los meses de enero y febrero. Ya saben: si les place, den al “me gusta” de la página

-Cuando desde algunas autonomías se programa la reducción del estudio del castellano o español (sinónimos), en Inglaterra propugnan su estudio. Alguien va en dirección contraria. Ustedes deciden.

-Dice mi amigo Xuan: “Yo creo que mucho adelantaríamos si se aplicara el 155 a todas las autonomías”

-La inteligencia, sin base moral, puede llevar a la más perfecta imbecilidad. Ejemplos hay.

-Como quiere que su hijo era incapaz de terminar la ESO, le apuntó a las Juventudes de un partido político para asegurar su futuro

-Antes, las personas eran más importantes que las ideas. Para los nacionalistas las personas se tiene que sacrificar en aras de “su nación”. La de ellos, claro.

-Hoy celebramos el día y la día de las legumbres y las legumbras al decir de las feministas y feministos más recalcitrantes y recalcitrantas de este país o paísa.

-Vista la censura de lo políticamente correcto habremos de prohibir a nuestros niños decir “mamá” en público. Pueden herir la sensibilidad de las que no lo son o no pueden serlo.

-La bula, dice el catecismo del P. Ripalda, es un privilegio concedido por el Papa a los españoles en atención a antiguos merecimientos. El Concierto vasco-navarro es otro privilegio concedido por el gobierno, pero sin merecimiento alguno, solo a cambios de votos y de que se estén quietecitos.

-Los referéndums hacen creer a los participantes que están decidiendo el futuro y la mayoría no son conscientes de la ligereza y visceralidad con que toman graves decisiones

-Las memeces y las borricadas tienen cabida en cualquiera de las lenguas de este país, antes España. Solo depende de quien la utilice en su rebuzno

-Noticia en un periódico asturiano:

Cuatro de cada 10 pensionistas asturianos están por debajo del salario mínimo

La misma noticia en un periódico nacional:

Seis de cada 10 pensionistas asturiano están por encima del salario mínimo

Dos versiones de una misma realidad