CANGAS/TINEO.- Santa Bárbara salió a la calle
Cada 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara, patrona del sector, los mineros le rinden tributo. Y cada año se constata que los mineros que la acompañan son menos, y menos aun los que están en activo
Al atardecer, las calles de la villa de Cangas se envolvieron en la oscuridad. Las únicas luces que iluminaron la procesión de Santa Bárbara fueron las de las lámparas de los cascos de los mineros que la sacaron a hombros por la villa. Frente a la estatua del minero se efectuó una ofrenda floral en memoria de los compañeros que ya no están.
Allí, Adolfo Uría sumó la reivindicación al emotivo encuentro. Acompañado a la gaita por Iván Rodríguez, levantó la voz en defensa del sector y la nostalgia de tiempos pasados con la interpretación de “Qué tiempos aquellos” :¡Qué tiempos aquellos! madre; había tantos mineros, ahora casi nun quedan por culpa de los gobiernos”, criticaba Uría con su voz.
En Tineo, la jornada comenzó con un partido de fútbol entre los trabajadores de la mina de carbón de Pilotuero y los de la mina de oro de Boinás (Belmonte de Miranda), al que siguió una exhibición de entibadores de la asociación de Santa Bárbara que durante una hora mostraron a los presentes cómo trabajar la madera para sostener las galerías de la explotación.. Y se alegraron de conmemorar su fiesta con la mina de Pilotuerto abierta y en activo desde hace dos meses, y además incorporando trabajadores a través de una subcontrata: con una treintena de trabajadores, que vienen a sumarse a los 45 que ya tenía. También homenajearon al minero más veterano del municipio, Manuel Fernández, de 70 años, que comenzó a trabajar en la mina recién llegado del servicio militar y estuvo 28 años vinculado a ella desempeñando diferentes tareas. Su vínculo con la minería continúa con la asociación de entibadores.
A media tarde, como en Cangas, los mineros acudieron fieles a su cita con la patrona. En la iglesia de San Pedro, la coral de Tineo cantó la misa en honor a Santa Bárbara. Media hora más tarde, en la basílica de Santa María Magdalena, lo hicieron las voces de la coral canguesa.
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