La foto y su pie.- Del atardecer de Larna al de París
Ha dejado de estar ante mi vista Pena Ventana y ha aparecido la torre Eiffel. Cosas de los tiempos y sus medios. En un plis plas comes en Ranón y tomas café en París. Dejas atrás los silencios de la aldea y aparecen los sonidos de motores y lenguas diversas.
Desde lo alto del Arco del Triunfo a la torre símbolo de la capital francesa, se nuestra al viajero un horizonte urbano que nunca encuentra su fin. Y de pronto, a las ocho en punto, aquella cambia sus colores, se deja envolver por los de la bandera francesa, y cientos de luces parpadean cambiando sus brillos de un lado a otro o de arriba abajo. Aunque somos muchos, el silencio es casi total. Tan solo los disparos de máquinas de fotos y móviles se dejan oír. Es un momento mágico que da paso a la noche. Como los silencios de Larna