Ecos del Carmen: Contraluz de pólvora
Avanza lenta y rápida, en pleno contrasentido del tiempo, la tarde del 16 de julio. Las calles de Cangas, sus puentes, sus alrededores, se llenan de gente y colorido.
Pausados y constantes, dos cangueses levantan los grandes voladores e introducen sus varas por el hueco reservado en la máquina. Saben que no pueden equivocarse. El ritmo y la seguridad de la Descarga dependen también de ello. De lejos, contra el sol tal parece que plasman en el aire un ballet sustentado en su música, su música interior, aquella que les hace vivir la Descarga aún desde mucho antes que ésta comience. El sol, allá en lo alto, actúa como testigo del aconteciendo