CANGAS DEL NARCEA.- La Magdalena y el último volador
Agonizaba la tarde. La villa comenzaba a dormitar la vorágine festiva de música y pólvora. Tandas de voladores venían a romper el silencio que ya anunciaban las primeras sombras del día de la patrona: María Magdalena, aunque aún quedan muchos cangueses que siguen diciendo la virgen Madalena.
Los voladores nos decían que los artesanos habían vuelto de su tradicional jira a Santa Ana, acto que viene a poner fin a sus sonoras actividades festivas. Una concurrida jornada de convivencia, de buen comer y mejor beber, en la que la pólvora sigue siendo protagonista. Las explosiones seguirán siendo el telón de fondo del terminar de un día que cerraba una intensa semana.
Por la mañana, nubosa y con la niebla vigilando a la villa desde las alturas, se había celebrado la procesión de la patrona desde la basílica hasta la Plaza del Conde de Toreno, lugar donde recibió las salvas estruendosas de las peñas la Magdalena, la Romería y el Chisquero, para volver de nuevo su iglesia donde se celebró una misa solemne. A partir de ese momento, las calles comenzaron a acusar el cansancio festivo y, poco apoco, se fueron despoblando. Sirva como ejemplo el dato en que era fácil aparcar en cualquier parte. Con la última verbena se animó de nuevo el personal pero ya siempre en la recta del final festivo.
Esta mañana aún tuvo lugar un acto con remisscecias históricas, allá de cuando la actual capilla del Carmen era parroquia. Los vecinos de Llamas de Ambasaguas celebraron su día. Acudieron a la ermita y sacaron en procesión la imagen de la Virgen que recibía así su última descarga de voladores. Ahora ya, las Camareras de la Virgen, cambiaran sus ropajes, la subirán de nuevo a su altar en el que pasará todo un año hasta que el próximo 7 de julio suene de nuevo el campanín y se inicie la novena.
Ha explotado el último volador festivo