CANGAS DEL NARCEA.- Lunes
Lunes cinco de junio. Son las siete y media de la mañana y el sol ya ha despertado a los vecinos de Santa Marina. El termómetro de mi ventana marca siete grados. La mayoría de las persianas aún permanecen bajadas y el Paseo se presenta huérfano de vehículos y peatones. Aún es pronto. No tardando mucho algo comenzará a moverse: la Cangas administrativa y sanitaria iniciará su jornada y con ella el trasiego de coches y personas. Aún será éste moderado y pausado. La actividad se acelerará cuando se acerquen las nueve y comienza la jornada escolar. El ir y venir de niños, madres y vehículos escolares se hace evidente. Comienza la apertura de comercios y grandes superficies; una apertura pausada que se completará allá hacia las diez de la mañana. Será entonces cuando la villa acelere su pulso y se active. En la esquina de la antigua Caja de Ahorros, ociosos y jubilados de ambos sexos comienzan sus cotilleos. En el lenguaje políticamente correcto daríamos análisis del día.