La foto y su pie.- Puente a ninguna parte
Caminábamos por el viejo camino del Valle ya casi olvidado. Y allí abajo, entre escobas, hierbajos y arbustos, unos viejos troncos casi podridos sujetaban a unas tablas groseras aún más podridas.
Formaban un pontón, unas viejas “pasaeras” bajo las cuales apenas transcurría un hilo de agua. Debe de hacer ya muchísimo años que perdieron su función. Ahora llevan de ningún sitio a ninguna parte. Del matorral a una finca huérfana de manos y plena de ausencias.
Es la foto del olvido de campos y pueblos. De las dolorosas ausencias extremeñas, de un mudo grito de auxilio para que nosotros sepamos trasmitir los valores que supusieron en las vida de nuestros mayores a las nuevas generaciones