CANGAS DEL NARCEA.- Ellos hicieron y hacen grande el Carmen y Severo Ochoa
Las grandes cosas, las que dejan huella en uno y otro lugar, no dependen en la mayoría de los casos de los grandes edificios, las grandes inversiones o la parafernalia política que pueda rodearlos. No. Esas grandes cosas se realizan y adquieren vida incardinándose en una sociedad hasta quedar incrustadas en la misma como si de un mismo cuerpo se tratase.
Viene a cuento este exordio debido a la cena realizada por el personal del Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa. Una cena reencuentro de trabajadores del hospital desde su inauguración hasta hoy. La cifra rondó los trescientos asistentes, aunque ésta aumentó tras la cena cuando otros trabajadores que por diversas circunstancias no pudieron acudir a la misma pasaron a saludar a unos y otros. Fue en La Casilla y un autobús vino recogiendo asistentes desde Gijón pasando por Avilés, Pravia y otras localidades, aunque también fueron muchos los que acudieron en taxi o en sus propios vehículos.
Fue una noche de “recuerdos, emociones y lágrimas”, nos dice una asistente. Gentes de todas las categorías profesionales. Unos pasaron aquí unos meses, otros muchos años. Unos y otros se llevaron algo dentro de sí que los ha hecho retornar ahora. Algo ocurrió que marcó una época en sus vidas. Tal el caso de Pili, de Bilbao, que se fue hace 27 años y volvió para reencontrarse con sus compañeros. O Mayka, desde Pamplona, y desde Valladolid, y de Jaén y, por supuesto de Asturias, entre ellos el primer director de enfermería que tuvo el Hospital. Y mucho tuvieron que ver en la organización de este evento Gloria Sala Álvarez del Manzano y Pilar Tuñón, sin ellas no hubiese sido posible.
Fue una noche preñada de anécdotas y recuerdos placenteros, de música, risas y voladores. La pólvora es algo que termina atrapando a cuantos por aquí pasan. Y un video con rincones de Cangas y cuadros festivos despertó más nostalgias y recuerdos ya casi olvidados entre los pliegues de la memoria. Presentes también aquellas noches de jueves que pasaban de claro en claro seguidas de mañanas de turbio en turbio.
Han sido todos estos hombres y mujeres, junto a los que ahora se encuentran aquí, los que han hecho posible que el Carmen y Severo Ochoa sea lo que es y tenga tan gran prestigio entre los habitantes de esta comarca suroccidental asturiana. En la comarca e incluso más allá de ella.
En nuestro diario quehacer y nuestra muchas veces injustificada prisas casi nunca encontramos un momento para fijarnos en todas aquellas personas cuyo trabajo es una diaria entrega a los demás. Y aunque siempre hay alguna oveja negra, hemos de reconocer que el personal sanitario y todos aquellos que con el mismo hacen posible el funcionamiento de un gran hospital como el del Suroccidente, merecen nuestro reconocimiento.
Sea el mío desde esta página síntesis y altavoz de tantos y tantos como lo firmarían aquí mismo.
Gracias a todos