¡Hasta siempre, maestro!
¡Hasta siempre, maestro! Se nos fue Cohen haciendo mutis por el foro del escenario de la vida cantando, incluso con su enemigos, (lo logró desde la guerra del Yom Kippur) “Lover, Lover, Lover”.
Con elegancia y carisma, rebelde y caballeroso al viejo estilo, supo denunciar situaciones sin gritos ni pancartas, con poemas puros y atemporales, útiles en cada hora época y momento. Tampoco quiso detenerse mucho en esta época en la que los anuncios publicitarios, poemas, YouTube y canciones se embarullan en la batidora televisiva bajo el catalizador del momento y la rentabilidad. Él era pasado y futuro en cada verso y destrucción y amor en cada estrofa. ¡Hasta siempre, maestro!