NARCEA/BERZOCANA- La foto y su pie: Vuelta a la niebla
Allá, cuando agosto se acercaba a su mitad, dejábamos los fríos y niebla de la aldea asturiana para, en un mismo día y 600 kilómetros de distancia, pasar a dormir semidesnudo rondando los 25 grados.
Cuando agosto finiquita hemos efectuado el viaje de vuelta para, dejando atrás los calores y los días de mañanas luminosas y rojos atardeceres en los encinares, pasar a dormir de nuevo entre mantas y embozados.
Al anochecer me asomé a la ventana y allí estaba de nuevo. La niebla que me despidió acudía de nuevo a recibirme velando la luz de los focos y difuminando las líneas del paisaje.