CANGAS DEL NARCEA.-La foto y su pie: El incipiente verano
Han cambiado la color el río y sus riberas. Juegan las sombras entre las ramas y los verdes se asoman a las aguas cristalinas en las que se baña el sol de la mañana. Los ramajes tejen su techo pletórico de savia sobre el paseo resguardando al caminante y alargando sus chinescas formas hasta el agua. Abre el Luiña ventanas al incipiente verano mientras los bancos del Paseo del Vino acogen merecidos descansos del caminante.