NARCEA/BERZOCANA.- Que cambien ellos su voto, yo tengo razón. Y que pacten para que gobierne el nuestro
Votaremos de nuevo. Las últimas elecciones salieron mal por cuanto nuestros políticos han sido incapaces de llegar a acuerdo alguno. Lo sabemos. Pero estamos decididos a seguir votando cada uno como entonces votó y que cambian los otros su voto ya que nosotros no lo haremos convencidos de que son ellos los equivocados. El error es siempre de los demás, nunca nuestro. Y sin tan siquiera pestañear seguimos votando “a los nuestros” hagan lo que hagan y digan lo que digan, Incluso lo haremos en el convencimiento de que nos han engañado y nos engañarán de nuevo. Sobre todo a aquellos que nos prometen solucionar todos nuestros problemas en un plis plas y sin despeinarse nadie. Y les creeremos incluso aunque sepamos que estamos viviendo de préstamos que hay que pagar y que determinadas promesas son tan solo cantos al sol. Votamos “en contra de…” casi nunca “a favor de…” y así nos luce el pelo.
Y con el voto les pediremos que pacten, pero ojo, que pacten para que gobierne el nuestro. Si no es así, nada de pactos, a votar de nuevo.
Incluso en nuestra candidez nos creemos la palabrería de nuevos mesías que reinan en las televisiones y son capaces de convencernos de que todo se conservará mejor sin la presencia humana y que dentro de unos siglos habrán logrado el milagro de que en las fuentes mane miel, los árboles se planten solos, crecerán las montañas y los ríos bajarán pletórico de peces sin nadie que los pesque. A los humanos, a las gentes, los pocos que queden, les mandarán el sueldo a casa y no trabajará nadie. Ni siquiera los médicos o los fontaneros. La ciudad global de Utopía será por fin una realidad. Y convencidos de ello les daremos nuestro voto.
Y con el voto les pediremos que pacten, pero ojo, que pacten para que gobierne el nuestro. Si no es así, nada de pactos, a votar de nuevo.